En un sector donde cada litro de combustible y cada kilómetro importan, encontrar nuevas vías de eficiencia no es una opción: es una necesidad estratégica. Sin embargo, en los últimos meses ha ganado protagonismo un mecanismo que está cambiando la forma de gestionar las flotas en España: los Certificados de Ahorro Energético (CAEs).
Lo que comenzó como una herramienta normativa se ha convertido hoy en una oportunidad económica real para las empresas del transporte.
En Mobilsafe llevamos años trabajando con datos, eficiencia y operaciones complejas, y fuimos pioneros en aplicar este modelo en flotas reales. Lo que hemos visto es claro: cuando se miden los ahorros y se certifican adecuadamente, la sostenibilidad deja de ser un concepto abstracto y pasa a convertirse en ingresos directos.
¿Qué aportan realmente los CAEs a una flota?
La mayoría de los gestores conocen los desafíos cotidianos: consumo elevado, estilos de conducción desiguales, dificultad para anticipar incidencias, presión por reducir emisiones y la necesidad de cumplir con nuevas normativas.
Los CAEs permiten registrar y certificar los ahorros derivados de acciones de eficiencia energética. Esos ahorros —si están correctamente calculados y validados— pueden venderse a los llamados “sujetos obligados”, generando un ingreso adicional para la empresa.
En otras palabras:
ahorras energía ➜ reduces emisiones ➜ y cobras por ello.
Pero el verdadero potencial aparece cuando se combina este mecanismo con soluciones telemáticas capaces de medir con precisión lo que ocurre en cada vehículo de la flota.
El modelo Mobilsafe: los datos que generan rendimiento (y dinero)
Nuestra experiencia demuestra que la telemática avanzada no solo reduce el consumo y mejora la conducción: también permite convertir esos resultados en un valor económico cuantificable.
Es aquí donde los CAEs muestran su doble impacto:
1. Eficiencia operativa
- Menor consumo de combustible.
- Conducción más homogénea y segura.
- Reducción de incidencias y paradas imprevistas.
2. Rentabilidad directa
- Certificación de los ahorros energéticos generados.
- Venta de los CAEs a sujetos obligados.
- Ingresos adicionales que pueden compensar la inversión en tecnología.
Este modelo, aplicado en flotas de transporte urbano, discrecional, logística y distribución, demuestra que los datos no solo mejoran la operación: también financian su propia mejora.
Un caso real: cuando la eficiencia se convierte en ingresos
En una de las implantaciones más representativas, una de las flotas con las que trabajamos consiguió:
- Evitar más de 237 toneladas de CO₂.
- Certificar 0,5 GWh de ahorro, equivalentes a más de 47.000 litros de combustible al año.
- Monetizar sus CAEs, generando ingresos directos adicionales.
Este resultado no sólo reforzó la estrategia ambiental de la empresa: ayudó a financiar la transición hacia una gestión más moderna y eficiente, demostrando que sostenibilidad y rentabilidad pueden ir de la mano.
¿Por qué ahora es el momento?
El sistema de CAEs está en plena expansión y las empresas que actúen primero serán las que más beneficio obtengan. En un contexto donde las exigencias regulatorias aumentan y la competitividad se define por la eficiencia, aprovechar este modelo ya no es solo recomendable: es decisivo.
Una gestión basada en datos te permite:
- Anticiparte a los costes.
- Cumplir con la normativa sin complicaciones.
- Medir mejoras reales.
- Y además, cobrar por tu ahorro.
Para muchas flotas, el ahorro combinado con los ingresos de los CAEs supone una inversión autofinanciada.
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